“¡Ya se van!” Así le gritaron a Choquehuanca en medio de su discurso en el que habló de caudillismo y manipulación electoral
El vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, desató una nueva polémica en medio del clima electoral rumbo a las elecciones generales del 17 de agosto, tras afirmar en su discurso por el Bicentenario que en el sistema político del país “persiste el caudillismo y el llunk’erío”, lo que alimenta el autoritarismo de los líderes partidarios y el fanatismo de sus seguidores.
Durante la sesión de honor de la Asamblea Legislativa Plurinacional en la Casa de la Libertad de Sucre, Choquehuanca —que concluirá su mandato el 8 de noviembre junto al presidente Luis Arce— sostuvo que el Estado Plurinacional representa un sistema nuevo de autogobierno, pero reconoció que aún enfrenta serias limitaciones en un escenario político complejo y polarizado.
“Estamos en un escenario preelectoral donde se fabrican encuestas y se manipulan datos de la realidad, mientras el pueblo queda fracturado sin haber elegido”, denunció. Según el vicepresidente, esta situación provocará una reacción firme del pueblo: “El Estado Plurinacional es patrimonio del pueblo y no se toca”, advirtió.
Las declaraciones generaron reacciones encontradas dentro y fuera del Legislativo. Durante su intervención, se escucharon gritos de “¡Ya se van!”, interrumpiendo brevemente el discurso de Choquehuanca en el hemiciclo.
Choquehuanca insistió en que el país necesita unidad, acuerdos y comprensión de los errores. “Para unos, la solución será seguir peleando; otros elegirán la fuga ante promesas incumplidas”, reflexionó, en lo que varios analistas interpretan como una crítica velada a las fracturas internas del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido al que pertenece y que está en el poder desde hace 20 años.
Ecos de un Bicentenario en tensión
El discurso de Choquehuanca se suma a la controversia generada por la intervención del presidente Luis Arce, quien también fue criticado por evitar la autocrítica y centrarse exclusivamente en los logros de su gestión, particularmente el proyecto de industrialización.
Desde la oposición, la senadora de Comunidad Ciudadana (CC), Nelly Gallo, calificó la visión del presidente como “corta”, señalando que no asumió responsabilidad por “los 20 años de despilfarro económico” en los gobiernos del MAS. “Arce no pudo generar políticas estables para el futuro”, agregó.
Por otro lado, la diputada del MAS, Daysi Choque, defendió el enfoque del mandatario. “La industrialización no se realiza en dos días, lleva un proceso, implica tiempos. No es una caja de fósforos”, respondió ante las críticas por la lentitud de los avances. Aseguró que el proceso comenzó tras la estabilización del sistema de salud.
Un cierre de ciclo sin unidad
Choquehuanca, cuya figura se presentó como una alternativa moderada dentro del MAS en sus inicios, ha sido blanco de críticas desde varios sectores del oficialismo por su escasa capacidad de articulación legislativa. Su discurso por el Bicentenario, sin embargo, buscó reivindicar su visión del Estado Plurinacional como una construcción inacabada y colectiva.
La sesión del 6 de agosto reflejó el profundo quiebre institucional y político que atraviesa Bolivia a pocos días de unas elecciones marcadas por la fragmentación partidaria, las denuncias cruzadas y la falta de diálogo entre los principales actores del país.
A medida que se acerca el 17 de agosto, el mensaje de Choquehuanca —entre líneas o de forma abierta— parece anticipar que el proyecto del MAS entra en una etapa de redefinición, envuelto en disputas internas, críticas ciudadanas y la urgencia de reconfigurar el sistema político que él mismo cuestionó.

